Por tercera vez, los tribunales de EE.UU vuelven a poner sobre la mesa el acuerdo entre el buscador Google, la asociación de editores y el gremio de escritores de EE.UU.
En la versión del actual acuerdo (enmendado ya en 2009 por el mismo juez, Denny Chin), los dueños de los derechos de las obras deben explicitar su deseo de salirse del proyecto. El magistrado propone ahora justo lo contrario, que el acuerdo no afecte a nadie que no haya sido y haya dado su visto bueno previamente.
A la compañía Google, poco le ha importado la decisión del juez, a juzgar por su reacción aclarando que “con independencia del resultado, continuaremos trabajando con Google Books, para hacer accesibles online más libros” según su ejecutiva Hillary Ware.
Entre las opciones que se le presentan al buscador, una es intentar recurrir la solución del juez ante una instancia superior, otra olvidar el acuerdo y reabrir el litigio con editores y escritores de EE.UU, y la más válida, volver a redactar el acuerdo en los términos que propone el juez.
Desde España, Magdalena Vinent, directora del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), comenta “Estamos encantados porque el juez da justo en el meollo del asunto. Viene a decir que el proyecto no puede realizarse sin el consentimiento previo de los dueños de los derechos. Creo que el dictamen en España viene muy bien, porque aquí da la sensación de que el derecho de autor ya no tiene ningún valor”.
El dictamen ocupa 48 páginas en las que se repasa los avatares del proyecto Google Books. El próximo juicio tendrá lugar el 25 de abril. Dónde se verán las caras por un lado Google, la asociación de editores y el gremio de escritores de EE.UU y en el otro el Departamento de Justicia de EE.UU, una masa de empresas (entre otras Microsoft o Amazone), grupos de presión y expertos.
Noemí Barbero.
Licenciada en Comunicación y RRPP.
Área de Comunicación Digital Euroinnova.
