Según informa el diario Expansión, las nuevas tendencias que existen en el mercado de trabajo están trayendo una nueva realidad sociolaboral a la que los agentes sociales no responden adecuadamente. Algunos expertos indican que los senior, los autónomos, las mujeres e incluso las ONG podrían alcanzar un nuevo estatus en la escala de la representación, y coinciden en que, tanto sindicatos como patronal, tendrán que reinventarse o desaparecer. Aunque el sistema no funciona, es complicado que quienes se benefician del mismo faciliten un cambio de acuerdo a la nueva realidad. El diálogo social está acabado y no es representativo del mundo laboral.
Muchos expertos coinciden ya en que el empleo para siempre se terminó y, eliminada la estabilidad, el trabajo tiende hacia nuevos modelos. Wert habla del trabajo neodependiente (teletrabajo), o de la diversificación de la relación laboral (importancia del trabajo a tiempo parcial), y añade que "lo que está en la lógica de todos los cambios es un lugar más flexible para las partes, que tiende a reducir el poder de la cúpula patronal y sindical; que implica más flexibilidad y capacidad de autodeterminación y un corsé regulatorio cada vez menor en las relaciones laborales". Otros afirman que las relaciones de trabajo del futuro se caracterizarán por "un cuadro de derechos individuales del trabajador, la preocupación por la educación y la formación, y la flexibilización e individualización de las relaciones laborales".
Con respecto a los sindicatos del futuro, deben reconviertan en sindicatos de servicios, como en el resto de Europa. Además, deben ser independientes, y estar lejos de intereses políticos o empresariales. Los sindicatos han de ser parte de la libre voluntad de los trabajadores. Asimismo, se cuestiona el papel de los sindicatos decimonónicos, y se opone a que las asociaciones de empresas o sindicales deban estar sufragadas por el Estado.