Las nuevas tecnologías, y sobre todo los móviles, pueden ayudar a impartir formación en países en vías de desarrollo y también en zonas rurales, aunque para ello se deben solucionar algunos problemas como la brecha existente entre investigación y desarrollo de nuevas tecnologías móviles y su impacto real en los países en desarrollo.
En esta línea, Emma Kiselyova, directora ejecutiva de la Cátedra UNESCO e-learning , explica que “tenemos que acortar esta brecha y encontrar soluciones a gran escala que acerquen estas tecnologías a los que más lo necesitan. Estos países requieren dispositivos más baratos. Hay proyectos prometedores, pero necesitan ser perfeccionados. Tenemos que aprender de los que no han salido adelante y para eso estamos aquí”.
Miguel Nussbaum, uno de los expertos que más ha investigado el tema de cómo transformar la educación con el apoyo de las nuevas tecnologías, señala que uno de los problemas para sacar un verdadero provecho de las tecnologías móviles es que no se han desarrollado métodos pedagógicos específicos para aprender haciendo uso de ellas.
En esta línea, el investigador añade que “en realidad, el aula no ha cambiado en los últimos cien años. Hemos introducido los ordenadores pero no hemos cambiado lo que hacemos. Seguimos teniendo estudiantes pasivos ante un profesor activo. Hay que cambiar esta dinámica de aula, conseguir una alfabetización participativa si queremos entrar en el siglo XXI”.